El jurado estará compuesto por los compositores Michael Jarrell (presidente) y Andrea Scartazzini; las compositoras Liza Lim y Augusta Read Thomas; asà como el Dr. Florian Besthorn, director de la Fundación Paul Sacher.
Una vez finalizado el perÃodo de solicitud, se seleccionarán entre diez y doce obras las cuales se anunciarán públicamente el 30 de septiembre. Las obras nominadas serán interpretadas en el marco de un concierto público en febrero de 2025 por la Orquesta de Cámara de Basilea, la Orquesta Sinfónica de Basilea y la Sinfonietta de Basilea, mismos que tendrá lugar en el Centro de Música y Cultura Don Bosco en Basilea.
Tres o cuatro composiciones serán premiadas en un concierto a llevarse a cabo el 2 de febrero de 2025, en donde se otorgarán galardones que suman CHF 100 000.- en total; entre ellos, un Premio del Público se entregará por primera vez en 2025. En años anteriores, VÃctor Ibarra (2017), Benjamin Scheuer (2019), Yiqing Zhu (2021) y Leonardo Silva (2023) fueron acreedores al 1er premio.
Fecha lÃmite de inscripción: 13 de septiembre de 2024
Más información y bases del concurso: www.baselcompetition.com
En recuerdo de Paul Sacher, director de orquesta originario de Basilea (fallecido en 1999), el BCC quiere traer a Basilea a los compositores más apasionantes del siglo XXI. En 2017, la ArtisticManagement GmbH,
en colaboración con la Fundación Paul Sacher, organizó por primera vez el Concurso Internacional de Composición de Basilea bajo la dirección Wolfgang Rihm como presidente del jurado. Pocos músicos han influido tanto en la vida musical de Basilea como Paul Sacher, quien se dedicó a la música contemporánea de su época de muchas maneras: como director de orquesta, comisionando nuevas obras, además de como mecenas y miembro de distintas instituciones y comités. Paul Sacher encargó obras como la “Música para cuerdas, percusión y celesta” de Béla Bartók, la “Toccata e duecanzoni” de Bohuslav Martinů, el “Concierto en re” de Igor Stravinsky y la “SinfonÃa nº 4” de Arthur Honegger. En 1973 creó la Fundación Paul Sacher y más tarde la convirtió en una institución de investigación de prestigio internacional contando con el patrimonio de Igor Stravinsky y las colecciones de Anton Webern y Bruno Maderna.